La dueña de esta casa Stoke Newington, un barrio al norte de Londres en el que viven bastantes diseñadores y otros profesionales creativos, es una artista que “quería una cocina moderna y colorida; un diseño original que la hiciera sonreír y con mucha luz natural”, cuenta Jo Edwards, cofundadora junto con su marido, Adrie Rensen, del estudio Edwards Rensen Architects, que se ha encargado de transformar de arriba abajo esta cocina en la que se han integrado con gusto diferentes tendencias en cocinas modernas hasta conseguir un espacio atractivo, diferente y atemporal.

La dueña de esta vivienda quería una cocina original, moderna y colorida
Adelina Illev / cortesía Edwards Rensen Architects
Una cocina que presume de no ser ‘del montón’
A los arquitectos, la propuesta de la clienta les encantó porque comparten con ella el gusto por acabados interesantes y originales. Como ella, tampoco buscan que en sus proyectos todo combine, sino que prefieren una mezcla ecléctica de estilos y acabados. “Vimos en este encargo la oportunidad de disfrutar de verdad del proyecto, entrando en detalles sobre cómo se puede construir una cocina de buena calidad y hecha a mano”. El resultado salta a la vista: una cocina que es de todo menos un diseño del montón.

La cocina, un diseño de los arquitectos, se abre al jardín trasero. El ventanal se ha instalado nuevo
Adelina Illev / cortesía Edwards Rensen Architects
¡Fuera tabique!
En la primera visita, los arquitectos cuentan que se encontraron con una cocina "oscura y húmeda" ubicada en una ampliación acristalada, típica en muchas casas británicas, construida a mediados de los noventa en un lateral de la vivienda y que destacaba por unos marcos de aluminio verde oscuro. En todo caso, la ampliación estaba en muy buen estado y, como sustituirla iba a ser un despilfarro, los arquitectos apostaron por mantenerla. Eso sí, tiraron el tabique que la separaba de la zona de estar –en su lugar se han colocado unas vigas estructurales pintadas en un divertido rosa chicle– para, ¡voilá!, dejar paso al ambiente amplísimo y luminoso que se ve en las fotos.

La antigua cocina estaba en la ampliación acristalada donde ahora está el comedor. Se optó por no tocarla porque no era necesario y se ahorraba presupuesto
Adelina Illev
Comer y leer con luz y vistas
El punto de partida del diseño fue estudiar qué opciones de distribución podían ser las más apropiadas. “Si eliminábamos el muro estructural entre la cocina y la ampliación: ¿dónde iba la clienta a cenar, cocinar o sentarse a mirar el jardín? Pero no solo. ¿Por dónde podría entrar y salir al jardín trasero? ¿Y qué implicaciones tendría cada una de estas opciones en la luz natural? A lo largo del proceso hablamos con la clienta de unas ocho posibles distribuciones. Finalmente, le gustó la idea de comer y leer con luz natural y sin bloquear ninguna de las vías de acceso a su casa”.

Los arquitectos invitaron a la clienta a su estudio para elegir los acabados y rematar detalles
Adelina Illev
Tomada la decisión relativa a la distribución, los arquitectos empezaron a trabajar en 3D, “dibujando el espacio, la estructura y la cocina en Sketchup”. Cuando les pareció que todo encajaba, invitaron a la clienta a su oficina.
“Tenemos montones de muestras y juntos nos divertimos desarrollando la paleta de materiales para la cocina”. Entre ellos, cabe destacar el bonito roble alistonado usado en algunos de los cajones y los armarios; los tiradores de latón y las encimeras de mármol. La clienta, como no podía ser de otra forma, reconoce estar muy satisfecha con el resultado.